Bueno, amigos, ya tenemos aquí la Semana Santa otra vez.
Como veis pase lo que pase con la economía, los recortes, los presupuestos, la desigualdad social y un largo etcétera la Semana Santa es sagrada.
Yo, este año, me quedo en casa, como he hecho muchos otros años, quiero decir, que ni voy de vacaciones, ni de juerga, ni na' de na'. Pero, eso sí, me he abastecido bien para estos días de recogimiento, entre otras cosas varias bolsas de palomitas, frutos secos y Coca Cola light para echarme larga en el sofá y ver unas cuantas pelis 'gore' que he escogido al azar y si tanto ketchup me aburre aún puedo 'videar' alguna que otra procesión.
Mi problema es que esta gente, con esos capirotes dan un mal rollo que te cagas, no sé, un tufo a inquisición, ku klux klan o quizá algo peor. Anda a saber si debajo de tanta falda van unos cuantos del PP urdiendo planes para jodernos después de Semana Santa, digo después, porque ya sabéis, en Semana Santa no trabaja ni Dios.