lunes, 28 de enero de 2013

¿Dónde está la oposición? ¿dónde está la izquierda?


La derecha más dura de este país está intentando de todas las formas posibles convertir el sistema social español en un modelo liberal, donde sólo importa el bienestar personal, previo pago. Lo está haciendo sin control, desangrando las ilusiones de todo un pueblo.

¿Quien entiende las voces del gobierno que se han alzado en estos días pidiendo a los empresarios la creación de minijobs para trabajadores jóvenes? Una de las primeras medidas adoptadas por este gobierno fue una reforma laboral que se llevó adelante atentando contra los derechos de todos los trabajadores. Una reforma que supuestamente iba a agilizar el mercado laboral y crear empleo. ¿Entonces, están reconociendo que su reforma laboral ha sido un fracaso? Quizás no, puede que este sea uno de los pasos en su afán de liberalizar el mercado. Crear cientos de puestos de trabajo precarios y olvidarse ya para siempre de salarios dignos, de convenios y derechos.

Llegará el momento en que cada trabajador tendrá que negociar como en una feria sus condiciones laborales y si hace falta hacerle una zancadilla al de al lado para llegar antes y ganar un puesto de trabajo bajo condiciones injustas y miserables.

Por ahora les ha salido bien la jugada, los grandes señores del dinero, aquellos ocultos, cuyas identidades jamás conoceremos, los que se pasean por el parlamento alemán para ver que se cuece y poder mover mejor el mercado son los que ponen ahora las reglas. Maerkel, Rajoy, Hollande, y otros son simples peones que se mueven bajo las ordenes del capital y arrastran con ellos a sus propios pueblos.

Tal como si jugaran al Monopoly, compran y venden bancos, deuda (a saber a quien y a qué interés) fabrican más trabajadores, eliminan trabajadores (animan a la emigración) Mientras los ciudadanos, esperamos, a nada, porque nada pasará, nada bueno por lo menos. Ya no habrá marcha atrás, no como antes, nunca como antes. Tendremos que conformarnos con un sistema de salud público precario y con otro, para ricos, que habrá que pagar, lo mismo que la enseñanza y la cultura.

España ya no será nunca lo que fue, ni nosotros; sin embargo, ellos habrán hecho el negocio del siglo, destruyendo un sistema de bienestar social por el que muchos españoles pelearon con todas sus fuerzas. Desde luego esos hombres no se merecen que estos impresentables se vayan de rositas y que sus actos queden impunes.