El peor enemigo de la izquierda siempre ha sido la propia izquierda.
Tenemos un sentido exacerbado de la justicia, la honradez, el buen juicio. Somos animales de autodestrucción. Por el contrario, la derecha suele ser complaciente, benévola, maternal. Perdona siempre a los suyos, los indulta, los recompensa.