Vi
el debate de Pablo Iglesias versus Albert Rivera. Puede que Pablo esté cansado como dice él mismo. Lo que no se puede es enfrentarse a la oposición y ser
fuerte sólo en el discurso que ya conocemos.
Pablo fue infinitamente
inferior a la hora de proponer, de explicar las propuestas, el proyecto
de Podemos. Eso no lo vi. Llegó al punto de
decepcionar ver como Rivera manejaba con tanta claridad sus propuestas
neoliberales. A estas alturas no se puede pecar de ingenuidad y pensar
que basta con el apoyo de los de siempre, los convencidos. Sabemos que los votos de "los
de siempre" ya están. Nos faltan los de los otros, los mismos que nos
faltaron en Aragón, en Andalucía y en Cataluña.
El panorama para los
militantes es desolador. Hay que reconocer la gran jugada de la derecha. Ha borrado del mapa político a Izquierda Unida con ayuda de Podemos y
ahora se quita del medio a Podemos gracias a Podemos y a la falta de
proyecto, o peor, no defenderlo, ni plantear ideas que convencieran a
los votantes que nos llevarían a conseguir, por fin, un gobierno de izquierdas.
No es suficiente con apuntar cuatro cosas que sabemos sacarán aplausos
de la izquierda. Se trata de dar respuesta a muchos ciudadanos que
esperan a estas alturas un discurso lleno de planteamientos. Aún con
todo no creo que todo esté perdido, no se puede estar en Bruselas, haciendo campaña en Cataluña, conduciendo La Tuerka y enfrentando al trabajo y a desgaste que produce una campaña electoral. Si Pablo está cansado, Errejón está
aún bastante lúcido.