Por lo visto este hecho ha provocado que la Autoridad Sanitaria
correspondiente haya “caído del guindo” y decidido convenientemente “hacer
algo” Lo de siempre, claro... cerrar casinos, meter multas a todo el que se le
cruce en el camino para que en un par de semanas la cosa se olvide.
A
veces, la suerte les acompaña y no ocurren nuevas intoxicaciones, otras veces, un
cocinero “descuidado” olvida lavarse las manos después de venir del baño y
convierte el asunto en una pandemia.
Las pandemias también son muy convenientes, porque venden titulares,
en los periódicos, casi todos sensacionalistas y también en las cadenas de
televisión, que se regodean mostrando a las madres llorando, a los vecinos exaltados apaleando
las puertas del colegio. Todos sacan rédito, todos ganan, todos venden, lo
propio.
El presidente de turno, de preferencia populista, se las arregla
para culpar a un tercero y aprovecha de hacerse la foto de turno con alguna de
las madres, mejor si aparece alguna abuela, pobre y desmadejada, lo
dicho...todos ganan.
Y los ciudadanos, los no afectados, desde sus casas, consumen hasta empacharse
la desgracia de los demás, hasta la siguiente noticia, quizá en otro canal y así
la cosa también se olvida. Quien sabe si en unos meses más le toque a sus
propios hijos.