Cualquiera con dos dedos de frente es capaz de pensar que si le das una patada en el culo a un extranjero, del país que sea, también te darán una patada en el tuyo en donde sea que estés.
Los chilenos repartidos por el mundo se cuentan a centenares, cuidado con los movimientos radicales de xenofobia, racismo, exclusión, no vaya a ser que los "buenos y amables chilenos" sean repudiados en todo el mundo.
"Y verás como quieren en Chile al amigo cuando es forastero"