Cuenta la leyenda que el padre de Monica Oriol le mandó tener hijos
- Ponte a tener hijos -le exigió con voz segura.
Desde entonces y acatando su voluntad no paró hasta tener
seis.
En recompensa su padre extendió su largo brazo hacia el cielo y tocándole la mano al mismísimo Dios le bajó un marquesado. Dos ángeles vestidos de Lagerlfed
bajaron del cielo todo tipo de manjares, creación de la cocina vanguardista de elBulli.
Mónica la gran marquesa de sí mima y de su egoísmo, con el paso del tiempo, también fue
nombrada por los cortesanos como "reina de los mezquinos" y así entre ropa de marca,
angeles y humo con olor a comida, la reina Oriol se hizo querida entre los
miserables del pueblo que la aupaban cada vez que habría la boca para cantar
romances de solidaridad.