Una adolescente ha descubierto que comprando un móvil por
Internet, directamente a un vendedor en China ahorra hasta treinta euros.
Una mujer compra zapatos en una tienda China porque son
iguales a los de la marca y cuatro veces más baratos.
Mientras mi vecina que hasta hace poco llevaba su
peluquería, otra vecina decide cortarse el pelo en la peluquería China del
barrio
Una pareja compra toda su ropa en Zara, Mango o El Corte
Ingles, por aquello de "ropa de marca" "es más caro pero la
calidad lo vale" en resumen vuelven a comprar a China, India, Turquía.
Al final todos acaban favoreciendo el mercado externo y
poniendo un gramo de arena para que cada día cierre una nueva tienda, una
fábrica, un autónomo y con ello a aumentar la masa de parados, destruir el
comercio que genera puestos de trabajo, reducir el fondo de pensiones
"solidario" del que tan orgullosos nos sentimos los españoles. Sin
contar las víctimas colaterales, familias que acabarán formando parte de las
estadísticas de Cáritas, niños que no podrán comer en la escuela y darán pie a
una nota en el telediario y así un larguísimo etcétera que enumerarlo me parece
un insulto a la inteligencia.
Que nadie piense que este es un ataque en contra de gente
que viene a buscarse la vida aquí. No, es en contra de nosotros mismos,
españoles, que pensamos que nuestras acciones con tienen consecuencias, que
colaboramos en acrecentar las tasas de paro. Y también va para quienes el
próximo 25 de mayo día de elecciones muchos no votarán pensando que la cosa no
va con ellos, o votará nulo para que otros decidan por ellos.
Al final y con muchísima suerte lo único que nos quedará
“solidario” será la lotería de navidad, lo demás será propio de países con
economías ultra liberales que convierten a los ciudadanos en seres
individualistas y egoístas.